Viendo las instalaciones, profesionales, técnicas y tratamientos que todos podemos encontrar en una clínica podológica en Valladolid, es fácil caer en el error de pensar que la podología es una especialidad médica surgida recientemente, cuando la realidad es que existen indicios de que ya en el antiguo Egipto había faraones, como Amenofis IV en el siglo XIV a. C., o la misma Cleopatra (51 a. C.), que se rodeaban de "especialistas" para el cuidado de sus pies. En el papiro de Ebers, considerado uno de los documentos médicos más antiguos que existen, aparecen reseñas dedicadas al tratamiento de los miembros inferiores.
Obviamente fueron los griegos los grandes impulsores de la podología. Del griego procede el propio nombre: "podos" significa "pie", "logos" podemos traducirlo como "estudio", y el sufijo "ia" se utiliza para señalar una "cualidad". Allá por el 460 a. C., Hipócrates empezaba a realizar estudios sobre afecciones en los pies y a recomendar tratamientos sobre los mismos. Aunque seria Galeno (130 d. C.), quien nos dejaría constancia escrita sobre la cura de callosidades, durezas y uñeros.
Durante el Imperio romano, era habitual que las termas ofrecieran tratamientos para el cuidado de pies y uñas. Los romanos mostraron gran interés en la prevención de los problemas relacionados con los pies y por ello mejoraron mucho el calzado utilizado, sobre todo por sus sufridos soldados. Las Caligae pisaron fuerte a lo largo y ancho del Imperio por muchos siglos. Tanto es así que, a día de hoy, las seguimos utilizando hasta para entrar en una clínica podológica en Valladolid.
Así que ya sabes, si lo hacían los faraones, ¡cómo no lo vas a hacer tú! Visítanos en Podofis, donde encontrarás los mejores especialistas para el cuidado y tratamiento de tus pies. Estaremos encantados de asesorarte para que dejen de ser un motivo de preocupación.
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